En tanto lenguaje no estructurado de construcción de datos, la etnografía admite realizaciones heterogéneas, algunas de las cuales forman parte de este libro.
No se trata de un manual, es la sistematización de los excedentes del dictado de la cátedra de Metodología Etnográfica de la Licenciatura en Antropología Sociocultural de la UBA (“carpeta de temas pendientes”). El formato, sin embargo, no es casual. Deja entrever una concepción de la etnografía distante de normas y preceptos, centrada en el proceso creativo de generación de datos a partir de fuentes plurales.
Las contribuciones tensionan las fronteras del método etnográfico, convirtiendo en objeto de la reflexión dos medios e instrumentos del campo: la mirada y la escritura.
La comunidad de prácticas en la que se inscribe el razonamiento es la educación que en algunas de las contribuciones oficia además de objeto de estudio. Los aportes de Elsie Rockwell, de Jean Lave y Etienne Wenger sobrevuelan los capítulos y, muy probablemente, las experiencias de enseñanza-aprendizaje que componen la materia.
Si la etnografía supone estudiar prácticas (de los nativos) a través de prácticas (del antropólogo), también la enseñanza de la etnografía consiste en la transmisión de prácticas que, en el caso de los participantes del volumen, están focalizadas en dos operaciones: la mirada y la escritura.